
Cruzar al otro lado del charco supone una transformación en todos los sentidos. La comida no es la misma, ni la forma de pensar, ni siquiera la temperatura ambiente. Cuando en Europa hace calor, en Latinoamérica se encuentran en pleno invierno, por eso, todos aquellos que pueden permitírselo, deciden marcharse de viaje a lugares como República Dominicana o Cancún, para escapar del frío y así celebrar la temporada festiva de una forma distinta.
Por: Diario AS
Un joven venezolano que emigró a Francia cuenta a través de su perfil de ‘TikTok’ por qué el calor que suele hacer en su país natal y en su actual lugar de residencia no es el mismo. Este reconoce que “el calor de Europa no es el mismo calor de Venezuela y no pienso discutirlo con nadie”. Además, admite que “la gente se sorprende cuando les digo que está haciendo demasiado calor, que no soporto el calor”. Sus razones son que “sí que estamos acostumbrados al calor que es todo el año, sí, pero no es el mismo calor, no es esta vaina, este sol que te está cocinando, aquí haces fácilmente una torta”.
La humedad dificulta que el cuerpo se enfríe a través del sudor, lo que hace que el cuerpo se sienta más caliente y pegajoso. En España, por ejemplo, hay más horas de sol, por lo que tarda más tiempo en refrescar.
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