El empresario se enfrenta a un reto permanente: crear y promover empresas o cualquier actividad que genere desarrollo económico y crecimiento social. Es en este escenario donde se pone a prueba su capacidad creativa y su disposición para asumir desafíos con el fin de alcanzar las metas propuestas.
Factores fundamentales como la competencia, la eficiencia y los avances tecnológicos se han convertido en pilares esenciales para quienes aspiran a emprender. Estos elementos actúan como facilitadores para que los empresarios puedan materializar sus iniciativas y transformar ideas en realidades, asumiendo así el compromiso de «ser o no ser empresario».
Durante el último siglo, el ser empresario se fortaleció como un motor de crecimiento global. El impulso de los empresarios, junto con los avances tecnológicos, dio lugar a un auge sin precedentes en la creación de empresas, la innovación productiva y la transformación de los modelos económicos. Esto permitió niveles de desarrollo económico y progreso social nunca antes vistos, con mejoras notables en la calidad de vida y en el ingreso per cápita. La tecnología facilitó el aumento de la producción, la reducción de costos y el incremento de los salarios, generando un alto nivel de consumo a escala mundial.
Hoy, ser empresario representa tanto un desafío como un elemento clave en el desarrollo económico y social de los países. Allí donde florecen las mejoras sociales, también suele haber un entorno empresarial dinámico y consolidado, capaz de sostener mejores salarios y altos estándares de calidad de vida.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.