La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, alista sus maletas para regresar a su país después de casi un año de haber sido confinada en el exterior como “embajadora de paz”, con la misión de “mediar” en el conflicto entre Israel y Palestina. Hace apenas cuatro días fue apartada del Gobierno mediante una jugada política y jurídica sin precedentes. El Ministerio de Trabajo la sancionó con 150 días de suspensión por “abandono injustificado del cargo”, una figura jurídica que no se aplica a su situación, dado que es una funcionaria de elección popular. Además, el reglamento invocado por la ministra de Trabajo no establece una sanción de cinco meses, sino de un máximo de 30 días.