
Cuando “Elena” (nombre ficticio) escuchó a los agentes de inmigración, el desespero para no ser arrestada le llevó a tomar una decisión radical: esconderse en un ducto. La inmigrante venezolana permaneció allí durante 12 horas junto a otros siete compañeros de trabajo.
Por La Opinión
“¿Nos entregamos o nos escondemos?”, fue la pregunta que se hizo en plena redada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el pasado 4 de septiembre, en una planta de Hyundai Motor Group en Georgia.
El operativo se registró en el condado de Bryan, al suroeste de Savannah, donde se construye una fábrica de baterías para vehículos eléctricos. Un total de 475 personas fueron detenidas, en su mayoría de nacionalidad surcoreana, según confirmó a New York Times el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun.
“Elena” contó para un reporte de Noticias Telemundo que el miedo la llevó a esconderse desde las 9:00 de la mañana hasta pasadas las 9:00 de la noche.
“Nos tratan como ladrones”
El ducto no tenía ventilación adecuada y el calor era agobiante, pero al menos se sentía a salvo. “Éramos ocho personas ahí dentro. Lo más duro era pensar que podían atraparme y meterme presa”, relató con lágrimas en los ojos.
Apenas tenía algo de agua y comida, pero respirar se hacía cada vez más difícil. “Nos tratan como ladrones”, agregó la venezolana, reflejando la angustia que viven miles de trabajadores indocumentados en el país.
Aunque logró evadir la captura, la incertidumbre la persigue: “No sé si voy a volver a la planta. Estoy aquí en Estados Unidos y tengo que seguir trabajando, pero no sé”.
El caso de “Elena” no fue aislado. Otro trabajador, un inmigrante mexicano, aseguró que escapó al bosque con compañeros suyos, permaneciendo más de ocho horas caminando sin rumbo. Uno de ellos, incluso, iba sin zapatos tras cruzar un río. “Nos trataron como delincuentes. Nuestro delito para ellos es trabajar”, declaró con el rostro cubierto.
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