Donald Trump regresó a la Casa Blanca con la promesa de disparar la creación de empleo. No ha sido así: el mercado laboral se debilita y, por primera vez desde la pandemia, empieza a arrojar datos negativos. Según los indicadores conocidos hoy, a una anémica creación de empleo en agosto, de apenas 22.000 puestos de trabajo no agrícolas, muy por debajo de las expectativas, se suman unas revisiones que indican que en junio hubo destrucción de empleo, 13.000 puestos de trabajo menos, la primera caída de la ocupación en más de cuatro años. La tasa de paro en agosto se situó en el 4,3%, la más alta desde octubre de 2021.
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