
El líder opositor bielorruso Serguéi Tijanovski, recién liberado por el presidente Alexander Lukashenko, pidió este domingo desde su exilio en Lituania al mandatario estadounidense, Donald Trump, que ayude a liberar a todos los presos políticos en el país, que ascienden a día de hoy a 1.177, según la ONG Viasna.
«Gracias presidente Trump. Ahora tiene tanto poder que una palabra suya puede liberar a todos los presos políticos. Le pido al presidente Trump que pronuncie esa palabra» ante el régimen bielorruso, dijo en una rueda de prensa en Vilna un Tijanovski visiblemente más delgado con solo 79 kilos, según relató, y profundamente emocionado.
Tras la liberación el sábado de 14 encarcelados, incluido Tijanovski, en el marco de la visita que el enviado de la Trump Keith Kellogg hizo a Lukashenko en Minsk, aún quedan 1.177 personas en prisiones bielorrusas que son considerados presos políticos, según Viasna (primavera).
Tanto Tijanovski como su esposa, Svetlana Tijanóvskaya, instaron a la liberación de todos ellos, incluidos María Kolésnikova, que fue condenada a 11 años de cárcel, y otro aspirante a la Presidencia en las elecciones de 2020, calificadas de fraudulentas por Occidente, Víktor Babariko, sentenciado a 14 años de prisión.
El resto de líderes opositores se han tenido que exiliar, al igual que cientos de activistas y participantes en las protestas antigubernamentales que estallaron el 9 de agosto de 2020 tras las elecciones presidenciales, como Tijanóvskaya, que se presentó en lugar de Tijanovski a los comicios cuando su esposo fue encarcelado en mayo de ese año cuando organizó piquetes para recabar firmas para su candidatura.
Tijanóvskaya encabezó tras su exilio la oposición bielorrusa desde el exterior y no cejó en su lucha por conseguir la liberación de su marido, que fue condenado en 2021 a 18 años de cárcel por haber «preparado y organizado disturbios masivos» antes del inicio de la campaña electoral.
Tijanovski, que fue bloguero antes de convertirse en político y en el mayor rival de Lukashenko de cara a esos comicios, aseguró que su esposa seguirá siendo la líder de la oposición en el exilio.
«La líder de la oposición es mi esposa, Svetlana Tijanóvskaya, y no voy a reivindicar nada aquí. Una persona que ha pasado cinco años aislada no puede ser un líder», sostuvo.
Tijanovski rompió a llorar en varias ocasiones, también cuando relató que su hija no le reconoció de inmediato y no podía creerse que era realmente él tras pasar más de cinco años en una prisión bielorrusa.
Pero se mostró dispuesto a sumarse a la lucha contra el régimen de Lukashenko e instó a sus conciudadanos a hacer lo propio.
«Si no nos enfrentamos a él, devastará nuestro país, creando un país carente de justicia y compasión, una tierra en bancarrota material y espiritual», enfatizó.
«Nos llaman traidores allí. Yo llamaría a cualquiera que no se resista a Lukashenko un traidor», recalcó.
El líder opositor sostuvo que no habrá una Bielorrusia libre mientras no colapse el sistema político en Rusia, el mayor aliado del régimen de Lukashenko.
«Estoy completamente de acuerdo en que la liberación de Bielorrusia no puede comenzar hasta que el régimen de (el presidente ruso, Vladímir) Putin se derrumbe. Si no fuera por Putin, no estaríamos sentados aquí ahora; todo habría terminado en 2020-2021. Estoy absolutamente seguro de ello», afirmó.
Tijanovski dijo esperar por supuesto poder volver «un día» a Bielorrusia, pero explicó que ahora mismo tiene que reincorporarse a la vida diaria y enterarse de lo que está pasando en su país, dado que en los últimos tres años fue privado de toda información en la cárcel.
EFE