Tras el bombardeo estadounidense a tres instalaciones nucleares en su territorio, la Asamblea Consultiva Islámica aprobó el 22 de junio cerrar el paso por el estrecho de Ormuz, un pasaje marítimo ubicado en el golfo Pérsico. Aunque la medida aún debe ser aprobada por el Consejo Superior de Seguridad y por el ayatola Alí Jamenei, sería la respuesta iraní a la escalada del conflicto vista en las últimas horas.
“Tenemos las manos abiertas cuando se trata de castigar al enemigo, y la respuesta militar fue solo una parte de nuestra respuesta global”, declaró el comandante de la Guardia Revolucionaria, Sardar Esmail Kowsari, quien también es diputado.
No obstante, el estrecho de Ormuz ha estado abierto ininterrumpidamente desde 1972, cuando Irán tomó el control y brevemente se cerró por disputas territoriales con Omán. Aunque el régimen de Teherán ha amenazado varias veces con cerrarlo a lo largo de las décadas, nunca lo ha cumplido. De hecho, actualmente los indicadores de tráfico marítimo muestran que la circulación de buques se mantiene con normalidad.
Con una importancia estratégica equiparable a la del canal de Panamá, un hipotético cierre de Ormuz supondría una opción drástica para Irán. Esto no solo provocaría una crisis energética y de mercado en Occidente, sino también un colapso en la producción de sus vecinos árabes que dependen del estrecho, así como de sus propios ingresos petroleros.
Punto estratégico
Ormuz es un estrecho que separa el golfo Pérsico y el mar de Omán,siendo la salida de varios países del Medio Oriente (incluyendo Irán) al océano Índico. Toda su costa norte pertenece a Irán, mientras que al sur se encuentra el exclave de Musandam, en Omán. Su punto más angosto es de 38,89 kilómetros (21 millas náuticas), mientras que en sus partes más anchas llega hasta los 95 kilómetros.

Se dice que su nombre viene del reino de Ormus que se ubicó allí en el siglo XV y XVII, aunque en algunos mapas del antiguo Imperio Otomano también se le conoció como “estrecho de Basora”. Históricamente fue una ruta comercial muy importante para el entonces Imperio Persa (actual Irán), y con el descubrimiento de petróleo en la región se volvió, junto al canal de Suez y el estrecho de Adén, en las principales vías de exportación de crudo a todo el mundo.
Se estima que más del 20 % del petróleo mundial cruza actualmente por ese estrecho, además de un quinto de la producción de gas natural. Países petroleros como Irak, Kuwait, Catar, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, además del propio Irán, deben pasar por allí. Sus principales destinos son Europa, China y Japón.
Indispensable

Durante buena parte del siglo XX el estrecho, así como todo el golfo Pérsico estuvieron bajo control del Reino Unido. Sin embargo, a finales de la década de los años sesenta las tropas asentadas allí comenzaron a retirarse como parte del compromiso de descolonización de la Corona británica, por lo que Irán pasó a llenar ese vacío de poder en el pasaje marítimo.
En 1971 el sha Mohammad Reza Pahlevi adquirió las islas de Abu Musa y Tunbs Mayor y Menor, importantes al estar en la entrada del estrecho, y levantó alrededor de una decena de bases navales a lo largo de la costa iraní. Al año siguiente, Omán expandió su dominio marítimo en la zona unos 12 kilómetros, que sumados a las aguas territoriales iraníes, hacían que toda la extensión del estrecho quedara en control de ambos países.
En un principio el sha impuso una política en la que ningún país podía circular por sus aguas territoriales sin su autorización, lo que mantuvo virtualmente cerrado el estrecho. Esto, sumado a la guerra de Yom Kippur (1973), produjo una escasez mundial que disparó los precios del crudo, por lo que las potencias occidentales y la Unión Soviética intervinieron para liberar el paso.

Posteriormente, tras la revolución islámica de 1979, el nuevo régimen de los ayatolas amenazó de nuevo con el cierre del canal a cualquier potencia extranjera, pero se resolvió diplomáticamente. En 1982 Irán y Omán firmaron la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, lo que permitió el paso inocente (es decir, rápido y sin detenerse) en sus aguas territoriales.
Desde entonces el estrecho se mantuvo abierto incluso durante la guerra entre Irak e Irán (1980-1988), en la que buques estadounidenses, británicos y franceses garantizaron la seguridad de la ruta para no interrumpir el flujo comercial. Esta normalidad se ha mantenido a pesar también de las múltiples amenazas que los ayatolas han hecho de cerrar el estrecho cada vez que entran en controversia con Occidente.
En 2011, el vicepresidente iraní Mohammad-Reza Rahimi amenazó con bloquear el estrecho si las sanciones económicas impuestas a Irán por Estados Unidos y la Unión Europea afectaban sus exportaciones. Aunque se hicieron ejercicios militares allí un año después, no se cerró. Tampoco cuando el entonces presidente Hasán Rohaní retomó la amenaza en 2018.
¿Puede Irán bloquear el estrecho?

En 2002, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos realizaron un gran ejercicio militar conocido como Millennium Challenge, para probar sus capacidades ante diferentes escenarios de combate en el Medio Oriente. En ese entonces, las simulaciones y análisis de un hipotético cierre de Ormuz revelaron que las fuerzas estadounidenses tendrían serias dificultades para liberar el estrecho en menos de un mes.
De acuerdo con el portal Euronews, Irán cuenta con misiles de corto y medio alcance con los que podrían atacar buques comerciales e instalaciones petroleras como oleoductos. Esto además de misiles superficie-superficie, drones y aviones para atacar puertos y plataformas marítimas. Una parte de este potencial lo exhibió (sin ofensivas reales) durante sus ejercicios militares de 2012.
No obstante, en su defensa Estados Unidos cuenta con una base naval en Bahrein donde se encuentra la Quinta Flota de su Armada. En su máximo punto durante la guerra de Irak (2003-2011), llegó a contar con cinco portaaviones, seis buques de asalto anfibio, buques destructores, submarinos y pelotones de marines. También está apoyada por una flota de 30 buques de la Royal Navy de Reino Unido.
Impacto comercial

Al ser la principal ruta marítima de más de un quinto de la producción petrolera y gasífera mundial, un potencial cierre del estrecho de Ormuz supondría una crisis energética mundial superior a la que hubo en 1979. Esto dispararía el precio del barril de crudo en los mercados internacionales, además de provocar una escasez de combustible en Europa y Asia.
De igual forma, una subida del precio del crudo afectaría también la cadena de transporte de varios sectores económicos, lo que llevaría a un aumento generalizado del costo de mercancías y servicios, así como a pérdidas para rubros como la agricultura y la manufactura. Europa ya vivió una situación parecida durante la invasión rusa a Ucrania de 2022, cuando las sanciones al régimen de Vladímir Putin llevaron a un bloqueo en el suministro de gas ruso a la Unión Europea.
Por otro lado, los países árabes del golfo Pérsico también serían duramente golpeados al no tener salida al océano para exportar crudo. Aunque recientemente Arabia Saudita reabrió su oleoducto con Irak, mientras que Omán y Emiratos Árabes Unidos están en proceso de finalizar la construcción de los suyos, justo como vía alterna al estrecho de Ormuz.
Pero, sin dudas, uno de los mayores afectados sería el propio Irán. El bloqueo también lo cercaría internacionalmente, sin poder exportar petróleo ni importar mercancías, además de complicar su situación diplomática con sus vecinos en pleno conflicto armado.
La entrada #TeExplicamos | La importancia del estrecho de Ormuz para el comercio mundial de petróleo se publicó primero en El Diario.