
El temor a que la inestabilidad en Irán derive en un cambio de régimen y la pérdida de un aliado estratégico ha comenzado a dominar el debate en los círculos de poder de Rusia, mientras el conflicto directo entre Israel e Irán entra en su cuarto día. Según consignó The Washington Post, la preocupación central en Moscú es que la ofensiva israelí sobre territorio iraní podría provocar la caída del gobierno en Teherán, lo que supondría un golpe sin precedentes para la política exterior rusa en Medio Oriente.
Por: Infobae
De acuerdo con The Washington Post, la ofensiva israelí, que se intensificó el viernes con ataques a instalaciones nucleares y la muerte de altos mandos iraníes, fue vista inicialmente por algunos sectores de la élite moscovita como una oportunidad. El empresario Konstantin Malofeyev sugirió que Rusia podría aprovechar su relación con Irán para mediar en un acuerdo nuclear, a cambio de que Estados Unidos retire su apoyo a Ucrania. “Solo una cumbre entre Rusia y EEUU, entre Putin y Trump, puede evitar una catástrofe mundial”, afirmó Malofeyev, citado por The Washington Post. En ese contexto, algunos analistas rusos consideraron que el conflicto podría desviar la atención internacional de la guerra en Ucrania y, además, el aumento en los precios del petróleo beneficiaría a la economía rusa, que enfrenta restricciones financieras.
Sin embargo, a medida que Israel amplía sus ataques hacia ciudades y centros industriales iraníes, la inquietud en Moscú ha ido en aumento. El temor principal es que la escalada bélica desemboque en un cambio de régimen en Irán, lo que pondría en riesgo la estrategia rusa de consolidar una “alianza antioccidental” en la región. Konstantin Zatulin, director del Instituto de la CEI en Moscú, advirtió en Telegram que “la situación se desarrolla en una dirección peligrosa para Rusia”. El instituto, cercano a los servicios de seguridad rusos, tiene previsto realizar una conferencia junto al Ministerio de Asuntos Exteriores iraní para analizar la cooperación bilateral en el nuevo contexto internacional.
Un académico ruso, vinculado a diplomáticos de alto nivel, explicó a The Washington Post que los participantes rusos en la conferencia estarán atentos a cualquier señal de debilidad del régimen iraní. “No está claro que la presión israelí debilite al régimen. La amenaza externa podría, por el contrario, unir a la sociedad”, señaló el experto, quien pidió anonimato. “La cuestión más importante es dónde están los límites de esa estabilidad. Es difícil juzgarlo”.
Otros analistas rusos, citados por The Washington Post, manifestaron su preocupación por la fragilidad creciente del régimen iraní. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, Moscú ha estrechado lazos con Teherán, dependiendo de un flujo constante de drones y misiles iraníes para atacar ciudades ucranianas, hasta que Rusia logró establecer su propia producción de drones. En enero, ambos países firmaron un acuerdo de asociación estratégica que formalizó la cercanía, aunque sin llegar a una alianza militar plena.
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