
A los 26 años, la joven brasileña, que fue encontrada sin vida en una ladera del Monte Rinjani, en Indonesia, ya había recorrido un camino poco habitual. Nacida en Niterói, ciudad costera del estado de Río de Janeiro, Juliana Marins estudió publicidad y trabajó en el sector de la comunicación. Pero su inquietud personal y su búsqueda de sentido la llevaron a tomar una decisión radical: renunciar a su empleo y emprender un viaje sola por el Sudeste Asiático.
Por Infobae
Quienes la conocieron, reseña O’ Globo, la describen como una mujer independiente, sensible y profundamente conectada con la naturaleza.
Practicaba deportes al aire libre, como senderismo y escalada, y también se dedicaba al pole dance, disciplina que consideraba una forma de expresión personal.
Según testimonios recogidos por el medio brasileño, era meticulosa en la preparación física para sus viajes, aunque también confiaba en su intuición y en la guía de personas locales.
En redes sociales, donde documentaba su travesía, no solo compartía paisajes y experiencias, sino también pensamientos sobre el miedo, la libertad y el valor de estar sola en territorios desconocidos.
En una de sus publicaciones más comentadas, del 29 de mayo de 2025, escribió: “Nunca me he sentido tan viva”. La frase, publicada semanas antes de su muerte, describe su estilo de vida: entregada a la experiencia intensa, la exploración y la introspección.
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