
Negarse a ser deportado de Estados Unidos no es una opción mágica: conlleva riesgos, pero también puede abrir el camino a defensas legales.
Por Clarín
En 2025, frente a las políticas de ICE, es fundamental conocer qué implica y cómo actuar con respaldo legal.
Las opciones -alivios, apelaciones, retención- son reales, aunque cada caso necesita una evaluación individualizada.
Aquí te contamos lo más importante, con bases en la guía del Immigrant Defense Project (IDP) y prácticas reconocidas por expertos en inmigración.
¿Qué pasa si me niego a ser deportado de Estados Unidos?
Negarse a ser deportado puede tener consecuencias graves: ICE puede retenerte en un centro de detención por tiempo indefinido si ya tienes una orden de deportación.
Además, la cárcel federal puede llegar a ser inevitable si violas las condiciones de tu liberación. Sin embargo, la negación también puede ser el primer paso hacia una estrategia legal defensiva basada en tus derechos.
Opciones legales tras negarse a ser deportado
Una opción es solicitar audiencias y apelaciones. Tras una orden de remoción, puedes solicitar ante un juez migratorio una revisión, argumentar errores en el procedimiento, presentar pruebas de vínculos en EE.UU. o solicitar alivio migratorio (como cancelación de deportación, asilo o ajuste de estatus).
Si puedes demostrar que ser enviado a tu país implicaría persecución, tortura u otras amenazas, puedes pedir retención de remoción, que evitaría tu deportación aunque no te otorgue residencia.
Negarte también puede ser un paso previo para acordar una salida voluntaria: sales en tu propio plazo y evitas una orden formal de remoción, lo que facilita volver legalmente en el futuro.
Si hay evidencia de asesoría legal deficiente en casos anteriores (como falta de advertencia sobre consecuencias migratorias en acuerdos penales), puedes presentar reclamos bajo precedentes como «Padilla vs. Kentucky», reclamando represalias legales o anulación de cargos.
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