
Los recientes enfrentamientos entre India y Pakistán han captado de nuevo la atención internacional. La Operación Sindoor, impulsada por India, marcó otra etapa de tensiones entre estas dos potencias nucleares. Pero, ¿cuál es el trasfondo de este conflicto, sus implicaciones, y el papel central de la región de Cachemira en más de 70 años de historia compartida?
Por Infobae
India lanzó misiles dirigidos tanto a infraestructura en Pakistán como a la región de Cachemira bajo administración paquistaní. Según autoridades indias, la acción se justifica por la presunta actividad de grupos terroristas que, desde la Cachemira controlada por Pakistán, han dirigido ataques contra India. Se destaca especialmente el incidente ocurrido en abril, cuando militantes armados atacaron a turistas en Cachemira bajo control indio, resultando en varias muertes y decenas de heridos.
Los resultados de esta ofensiva han sido devastadores. Pakistán reportó la muerte de 26 personas y dejó un saldo de 46 heridos por bombardeos y enfrentamientos en la Línea de Control, el límite de facto que divide Cachemira entre ambas naciones.
Por su parte, India acusó a Pakistán de haber bombardeado áreas cercanas a su frontera, causando la muerte de 15 civiles. Islamabad calificó los ataques como “cobardes”, describiendo a India como un enemigo traicionero y prometiendo represalias. Esta confrontación no es un hecho aislado, sino un capítulo más en una disputa territorial y política profundamente arraigada.
Un conflicto histórico
El origen del conflicto entre India y Pakistán se remonta a 1947, año en el que ambas naciones lograron su independencia del Imperio Británico. Después de casi dos siglos como colonia británica, la región fue dividida en dos países soberanos: India, de mayoría hindú, y Pakistán, concebido como una nación para los musulmanes del subcontinente. Sin embargo, esta partición respondió más a urgencias políticas que a las complejas necesidades culturales, sociales y religiosas de la región.
Uno de los procesos más conflictivos fue el trazado de las fronteras. El abogado británico Cyril Radcliffe fue el encargado de delimitar las nuevas naciones. Jamás había estado en India antes y, en tan solo cinco semanas, dibujó las líneas que determinaron la partición. Su limitada comprensión de la diversidad cultural y religiosa de la región contribuyó al caos que sería el proceso posterior.
El conflicto más significativo derivado de esta partición fue el estatus del antiguo Principado de Cachemira. Esta región, gobernada por el maharajá Hari Singh en ese momento, quedó fuera de la partición inicial. Siendo una zona de mayoría musulmana gobernada por un líder hindú, Cachemira obtuvo la opción de decidir libremente si unirse a India o a Pakistán. La decisión del maharajá de incorporarse a India marcó el inicio de la primera guerra entre India y Pakistán, un enfrentamiento que dejó divisiones que subsisten hasta la actualidad.
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