El presidente del gigante indio Tata Sons y artífice de la reciente privatización de la aerolínea Air India, N. Chandrasekaran, defendió enérgicamente a su socio Singapore Airlines (SIA) frente a la tragedia del AI-171, aseguró la «historia limpia» del Boeing 787 y la alta experiencia de su tripulación, una semana después del accidente aéreo que dejó 270 muertos.
«Singapore Airlines ha sido un gran socio. Desde que asumimos el control (de Air India), nos han ayudado en muchas dimensiones, incluso con mejores prácticas y procedimientos de seguridad», afirmó en declaraciones al canal de noticias indio Time Now el presidente de Tata para refutar insinuaciones sobre la relación de SIA con el siniestro del AI-171.
SIA posee actualmente el 25% de Air India, una participación adquirida como parte de un acuerdo más amplio para la fusión de su empresa conjunta Vistara con Air India.
Esta alianza no solo inyectó capital, sino que también ha sido clave en la implementación de nuevas prácticas operacionales y de seguridad, vitales para el plan de modernización de Air India bajo el liderazgo de Tata.
Con esto Chandrasekaran responden a críticas, incluyendo algunas que se propagaron rápidamente en redes sociales y medios, sobre un supuesto «silencio» de SIA y sobre el alcance de su influencia en Air India.
Al ser preguntado si SIA ofrecía ayuda en estos momentos críticos: «La respuesta es absolutamente sí», dijo.
Sobre las causas del siniestro, Chandrasekaran pidió cautela y paciencia para la investigación oficial de la Oficina de Investigación de Accidentes de Aviación (AAIB) y del comité formado por la Dirección General de Aviación Civil (DGCA), que podría dar tener unas conclusiones preliminares en un mes.
Sin embargo, aseguró que el Boeing 787-8 Dreamliner que operaba el vuelo AI-171 tenía una «historia limpia» y que no se habían registrado «banderas rojas» o problemas de mantenimiento previos en el avión.
El motor derecho de la aeronave, dijo, fue instalado en marzo de 2025, y el izquierdo fue revisado en 2023, con ambos historiales operativos sin incidencias.
Chandrasekaran también destacó la experiencia de la tripulación, calificando a los pilotos de «excelentes y grandes profesionales». Informó que el capitán Sumeet Sabharwal acumulaba más de 11.500 horas de vuelo, y el primer oficial Clive Kundar superaba las 3.400 horas.
Asimismo, abordó las denuncias de «whistleblowers» contra el proceso de fabricación del Boeing 787, indicando que son cuestiones que están siendo manejadas por agencias investigadoras en Estados Unidos, y confirmó haberse puesto en contacto con las «más altas esferas» de Boeing y General Electric para una revisión adicional de aeronaves y motores.
El 12 de junio, más de 270 personas perdieron la vida cuando el vuelo AI-171 de Air India, un Boeing 787-8 Dreamliner con 242 pasajeros y tripulantes a bordo y destino a Londres, se estrelló contra un complejo universitario médico en Ahmedabad, una ciudad del oeste de India, menos de un minuto después del despegue.
Solo un pasajero, el ciudadano británico Vishwas Kumar, logró sobrevivir a la tragedia. EFE