
El impacto por el asesinato de Charlie Kirk, de 31 años, ha sacudido a la sociedad estadounidense, dejando al descubierto la profundidad de la fractura política y la escalada de violencia que atraviesa el país.
Esta tragedia ha coincidido con el estreno de la película «Eddington», de Ari Aster, y muchas voces han puesto de manifiesto las relaciones entre lo que ha ocurrido en la realidad con lo que retrata la ficción, que se erige como una sátira en torno a la locura a la que parece abocado nuestro mundo en la actualidad a causa de las ideologías extremistas.
Esta obra, que se presentó en el pasado Festival de Cannes, se ubica en un pequeño pueblo ficticio de Nuevo México en plena pandemia de Covid.
En ese contexto se presentan dos personajes: el sheriff Joe Cross (Joaquin Phoenix), republicano de pura cepa y negacionista, que está obsesionado con el alcalde Ted Garcia (Pedro Pascal) que, en teoría quiere modernizar las estructuras de ese territorio, aunque en el fondo, también tiene sus propias motivaciones.
Dentro de ese clima de extrañeza encontraremos todo un grupo de personajes que nos introducirán en un espacio de auténtica paranoia: líderes de sectas, jóvenes tendentes a la manipulación de la redes sociales, nativos americanos y terroristas antifascistas, precisamente una de los motivos por los que el presidente Donald Trump ha calificado el asesinato de Kirk como un atentado de la izquierda radical.
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