
Ser entrenador de la selección brasileña de fútbol es una de las tareas más prestigiosas pero también más estresantes del mundo. Brasil no solo es el país más exitoso en la historia de los Mundiales, con sus cinco títulos, sino que el fútbol forma parte de su identidad nacional. Esa combinación de historia, pasión y expectativa convierte el puesto en un cargo de altísima exigencia, donde cada derrota puede significar un fin del ciclo y donde incluso ganar puede no ser suficiente si no se hace con “jogo bonito”.
Treinta seleccionadores ha tenido Brasil a lo largo de su historia, con técnicos que han repetido en diferentes periodos, como el venerado Mario Zagallo, o Aymoré Moreira, que ganó el Mundial del 62 y que luego fue llamado como apagafuegos en numerosas ocasiones. No en vano, el fútbol brasileño lleva incorporado el cese de los entrenadores en su cultura, tanto a nivel de clubes como de selección. Y no se ve con malos ojos que el técnico que pueda ser despedido hoy retome las riendas del equipo en otro periodo.
En este caldo, Ancelotti ha dicho que no a Brasil después de que pareciera que iba a convertirse en el seleccionador número 31. La CBF no tiene entrenador en estos momentos y necesita una cabeza responsable para los partidos clasificatorios de junio.
Un repaso de los seleccionadores más relevantes de Brasil, con sus logros, sus errores y la presión a la que se enfrentaron en los Mundiales, puede ayudar a forjar una idea de lo que le espera a Carletto cuando se ponga el chandal con las siglas de la CBF.
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