En una contundente entrevista con CNN Radio Argentina, el dirigente opositor venezolano Pedro Urruchurtu —uno de los políticos rescatados por la Operación Guacamaya tras pasar un año asilado en la Embajada de Argentina en Caracas— advirtió que la comunidad internacional debe pasar de la solidaridad a la acción concreta frente al régimen de Nicolás Maduro, al que calificó como un sistema criminal que practica el terrorismo de Estado.
Por: lapatilla.com
“La solidaridad es muy importante, pero no es suficiente para enfrentar y derrotar a un régimen criminal. Un régimen que ha cruzado toda línea roja sin ningún tipo de escrúpulo”, declaró Urruchurtu en la entrevista.
El activista subrayó que ya no quedan máscaras ni apariencias democráticas en el régimen chavista, y que la comunidad internacional debe asumir con mayor firmeza el carácter autoritario de lo que ocurre en Venezuela. Aseguró que no basta con comunicados o muestras simbólicas de apoyo, sino que hace falta una estrategia decidida para frenar las violaciones sistemáticas de derechos humanos.
“Esto obliga a repensar el rol de la diplomacia. Lo digo por nuestra propia situación, pero también por la de los más de mil presos políticos que existen hoy en Venezuela”, añadió.
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Durante la entrevista, Urruchurtu denunció que el régimen de Maduro mantiene una política de rehenes, no solo con opositores venezolanos, sino también con ciudadanos extranjeros.
Citó como ejemplo el caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido arbitrariamente en Venezuela, y señaló que hay personas de otros países que también han sido secuestradas como forma de chantaje internacional.
“Es una política que usa el régimen para presionar y evitar que la comunidad internacional actúe en su contra”, explicó.
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Uno de los momentos más contundentes de la entrevista fue cuando Urruchurtu citó el término empleado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) para describir la situación venezolana: terrorismo de Estado.
Según el activista, esta calificación refleja con precisión la naturaleza del régimen chavista y obliga a replantear la respuesta internacional.
“Es un término muy sensible, que no se usaba desde las dictaduras de los años 70 en América Latina. Pero es lo que está ocurriendo en Venezuela, y eso debe enmarcar la acción internacional”, sentenció.
