La comunidad de La Vega, al oeste de Caracas, permanece en shock tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Inoska Alejandra Peña Marín, una joven de 27 años que había sido reportada como desaparecida desde el pasado 8 de julio de 2025.
Por lapatilla.com
Su cadáver fue encontrado este sábado 12 de julio dentro de una maleta en la zona conocida como Terrazas de La Vega, en un área cercana a la entrada por Los Mangos.
El hallazgo fue realizado por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), quienes se desplegaron en el sector tras recibir alertas de vecinos y familiares.
Según reportes extraoficiales y testimonios de habitantes de la zona, el cuerpo presentaba «signos de descuartizamiento» y presunto abuso, lo que ha elevado el clamor de justicia entre quienes conocieron a la joven madre, que deja a un niño de apenas seis años huérfano.
Desde su desaparición, la madre de Inoska había iniciado una intensa búsqueda, difundiendo un video en redes sociales donde suplicaba ayuda para encontrarla. Durante varios días, familiares y allegados compartieron imágenes y mensajes indicando que había sido vista por última vez en las cercanías de la estación Los Símbolos, aparentemente desorientada. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano.
Una vez confirmada la noticia de su muerte, la indignación creció en la comunidad. Vecinos reportaron que la vía de salida del urbanismo fue cerrada temporalmente debido al operativo del CICPC. Entre los mensajes que circularon en grupos comunitarios se leía: “Sres, trancada la vía para salir al urbanismo debido a que tenemos al CICPC en zona. Por favor paciencia. Acaban de encontrar el cuerpo de la chama desaparecida. Me dicen que estaba descuartizada y con perforaciones. Dios le dé fortaleza a su familia y haga justicia.”
El feminicidio de Inoska Peña guarda escalofriantes similitudes con otro crimen que conmocionó a Caracas en marzo de 2023, cuando Alexandra Rojas fue hallada muerta también en Terrazas de La Vega. En aquel caso, el cuerpo fue ocultado en un pequeño santuario a la Virgen del Valle, tras haber sido transportado de noche y arrojado desde una altura. La brutalidad y el patrón del ocultamiento han generado alarma entre los residentes, que temen la presencia de un criminal reincidente en el sector.
Las autoridades han abierto una investigación para dar con los responsables de este atroz asesinato. Sin embargo, la comunidad exige respuestas claras y acciones concretas. En palabras de un vecino: “Esa persona que hizo esto puede seguir aquí y perjudicar a otra. No podemos quedarnos callados.”
El feminicidio de Inoska Peña no es un hecho aislado, sino parte de una dolorosa estadística que refleja la vulnerabilidad de muchas mujeres en Venezuela. Hoy, La Vega no solo llora a una joven madre, sino que clama por justicia, verdad y protección
