Apenas han pasado tres días desde que Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron la aprobación de una reforma total a la Constitución Política de Nicaragua –con la que blindaron la sucesión dinástica y sepultaron las ruinas de la independencia de poderes–, cuando este lunes el Parlamento sandinista informó de modificaciones al Código Militar y a la Ley Organización de la Policía Nacional para prorrogar los períodos de los jefes de las fuerzas armadas de cinco a seis años.
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