
En los últimos años, la población de Birmania ha sufrido un golpe militar, una guerra civil, reclutamiento forzoso, bombardeos aéreos y un terremoto devastador. El jueves por la mañana, el presidente Donald Trump ordenó una amplia prohibición de viajar que incluía a los ciudadanos de Birmania.
La medida es un esfuerzo por detener la migración procedente de naciones que Trump considera que tienen una “presencia a gran escala de terroristas”, entre otras preocupaciones. La prohibición de viaje, anunciada por el presidente el miércoles por la noche en Washington, entrará en vigor el lunes. Se aplica a los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Muchos de estos países se han visto asolados por conflictos, mientras que otros están gobernados por regímenes represivos. En ambos casos, la proclamación de Trump cierra la puerta a quienes esperan huir a Estados Unidos para construir una nueva vida.
A los ciudadanos de otros siete países —Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela— se les prohibirá entrar en Estados Unidos con visas de turista y estudiante. Tampoco podrán establecerse permanentemente en Estados Unidos.
“No permitiremos que entren a nuestro país personas que quieran hacernos daño”, dijo Trump en un mensaje en las redes sociales.
“En cuanto me desperté, ya me esperaban malas noticias”, dijo Ko Min Nwe, contable de 35 años de Birmania que el mes pasado ganó la lotería de migración estadounidense, lo cual lo encaminó a obtener la green card o residencia el año que viene. “Ser ciudadano de Birmania significa que, vayamos donde vayamos, sufrimos discriminación y ahora, incluso se siente como si me hubieran robado este raro golpe de suerte”.
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