
Durante más de 60 años, la CIA afirmó que tenía poco o ningún conocimiento de las actividades del asesino del presidente John F. Kennedy, Lee Harvey Oswald, antes del trágico evento en Dallas en noviembre de 1963. Nuevos documentos de la agencia descubiertos por un grupo de trabajo de la Cámara de Representantes desmienten esa afirmación.
Por La Nación
La revelación plantea más interrogantes sobre el grado de conocimiento, o de implicación, de la agencia en el complot para asesinar al presidente.
El agente “Howard”
Los documentos confirman que George Joannides, un agente de la CIA con base en Miami en 1963, ayudaba a financiar y supervisar a un grupo de estudiantes cubanos opuestos a la llegada de Fidel Castro al poder. Joannides tenía la misión encubierta de gestionar la propaganda anticastrista y desarticular a los grupos progubernamentales de Castro, a pesar de que la CIA tenía prohibido realizar labores de espionaje dentro del país.
El grupo respaldado por la CIA, conocido como DRE, estaba en conocimiento del rol de Oswald en tanto promotor de políticas procastristas en Estados Unidos y sus miembros se enfrentaron físicamente con él tres meses antes del asesinato. Posteriormente, según relató un miembro del DRE, Oswald se acercó a ellos y les ofreció su ayuda, posiblemente para trabajar como infiltrado dentro de su propio grupo procastrista, el Comité de Juego Limpio para Cuba.
Hasta ahora, Joannides solo era conocido por el seudónimo “Howard”. Este era el nombre que usaban los miembros de DRE en Miami para referirse a su contacto en la CIA.
Tanto en 1964, ante la Comisión Warren, como en 1978, ante el Comité Especial de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos, la CIA sostuvo que Howard no existía.
En 1998, tras la creación de la Junta de Revisión de Registros sobre Asesinatos, la CIA volvió a afirmar que no tenía registros relacionados con Howard y que el nombre podría no ser más que “un simple indicador de enrutamiento”.
Lea más en La Nación