
Álvaro Leyva cuenta en una nueva misiva más episodios sobre Gustavo Petro. “De nuevo me dirijo a usted. Esta vez con mayor pesar. Aún más, lo hago con profunda tristeza. Debo ser franco con usted. Me duele la crudeza del lenguaje con el que me debo expresar. Inusual en mi caso, pero necesario. Su estado no permite nada diferente por encontrarse en un momento de enorme confusión en lo personal, con graves implicaciones para el país que le ha correspondido liderar”, asegura.
Por semana.com
La carta, que tiene 15 páginas, carga una crítica muy profunda al primer mandatario. Asegura que hoy, grandes sectores del país ven lo que está pasando con incredulidad. “Por fortuna, mi mejor testigo de lo que he venido señalando y continuo revelando es usted mismo. Es que usted está mal. Muy mal. Ya no se mide. Perdió los estribos. Y lo sabe. Y para sostenerse, abusa. Incluso se le adivina que el golpe de Estado al cual usted tanto teme y al que reiteradamente alude es un autogolpe que usted quisiera dar descalabrando la nación y arrasando con las instituciones. Todo con el alcance de disfrazar lo inocultable», agrega.
Leyva le pone una pregunta: “¿Si usted Gustavo Petro hubiera sabido en su momento que yo, su ministro de Relaciones Exteriores, padecía la enfermedad de la que usted es hoy víctima, me habría dejado a cargo de tan importante cartera?»
Y luego le responde: “Entiendo que no le sea posible contestar Presidente…Fuerte tener que decirlo sin ambage alguno. Sin rodeos de ninguna clase. Es que hoy se encuentra usted en muy mal estado”.
Leyva manda duros puntillazos sobre lo que han sido las decisiones del presidente Petro en las últimas semanas. Por ejemplo, asegura que no tiene sentido haber pretendido dejar de encargado en la presidencia a Armando Benedetti, cuando en una reciente entrevista había dicho: “Yo no quisiera ser adicto, pero lo soy”.
Y habla de sus anteriores cartas, de abril 19 y mayo 5. “Ciertamente, su contenido, para quienes no han estado al tanto de sus impropias conductas, fue aparentemente cruel. Deslealtad, dicen algunos; traición, dicen otros. Mas sin embargo, nada de lo afirmado en esas misivas lo ha podido controvertir usted”, puntualiza. Y asegura que su caso, la edad que ha alcanzado, le “da tranquilidad para acometer lo que sea necesario en defensa del orden constitucional y de mi patria. A nada le tengo temor cuando del país y de justas causas se trata”.
Leyva le pide al presidente que comience a tratarse. “El primero que tiene que asumirlo es usted. Realidad suya insoslayable. Enfermo está. Su estado es de mucha gravedad, señor. Si no es así, demuestre lo contrario. No es difícil someterse a una prueba. Y bien sabe que superar su actual condición implica ayuda profesional”.
Y luego, le plantea una serie de preguntas. “¿Por qué se pierde? ¿Qué necesidad o necesidades le surgen? ¿Luego, por qué no aparece? ¿Por qué no cumple compromisos? ¿Por qué irrespeta a propios y extraños, ya en Colombia, ya en el exterior, sin consideración de jerarquía o rango alguno? ¿Mentecatos seremos? ¿Mentecatos serán? Qué tal aquello de construir un tren para comunicar la República Popular China con Colombia. ¿Chiste suyo para entretener a Xi Jinping?
Leyva habla de todo lo que está pasando en este momento en el país y de la nueva apuesta del gobierno. Crítica especialmente la despachada, nombre por nombre, que ha hecho de los congresistas. “Por favor, no actúe tan irresponsablemente hombre. Su conducta termina dejando un cierto sabor a cobardía, algo que sé no es propio suyo. Grave todo ello. Prefiero pensar que su situación no le permite darse cuenta», dice.
Para al final decirle: “Ya no más Presidente Petro. Hora de irse. Esto porque en sus manos, en su situación, el país se hunde. El alma de la nación está en pena. Ya se mira y se sufre con angustia el caos moral y político al que usted la ha conducido. No lastimen más a nuestra patria. Benedetti y usted. Y otros abusadores que no es del caso mencionar ahora mismo. Ellos afloran solos”.