Ni Nueva York, Miami o Punta del Este. Y, en lo posible, que no haya fotos. Javier Milei ordenó a sus ministros y altos funcionarios de la Administración que las vacaciones de este verano austral deben ser “razonables” y “austeras”. La idea del ultraderechista es que nadie se salga del guion: en Argentina “no hay plata” y el Gobierno debe diferenciarse de “la casta”, una movediza categoría en la que entra todo lo que huela a política tradicional. La orden, sin embargo, ya chocó con la realidad. Al menos dos ministros, de los más cercanos al presidente, adelantaron que pidieron “permiso” para salir del país y ya fueron autorizados. En la Argentina de Milei, las vacaciones son una cuestión de Estado.
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