
Lo que comenzó como un día de paseo familiar con helado, faro y esnórquel en la costa del Golfo terminó con una evacuación aérea y una operación quirúrgica para salvar una mano. Leah Lendel, de 9 años, fue atacada por un tiburón mientras nadaba con su padre y sus hermanos cerca de Boca Grande, Florida, el pasado 11 de junio.
Por Infobae
“Mi mano estaba llena de sangre”, dijo Leah ocho días después, durante una conferencia de prensa en la que apareció junto a sus padres, médicos y rescatistas. Entre lágrimas y con un brazo inmovilizado por una gran almohadilla ortopédica, relató cómo gritó por su madre mientras el agua se tiñó de rojo.
El incidente, ocurrido poco después del mediodía, movilizó a civiles, personal de emergencia y especialistas médicos que, según dijeron los doctores, fueron cruciales para evitar consecuencias más graves. Leah fue trasladada por vía aérea al Tampa General Hospital, el único centro de trauma de nivel I para adultos y niños en la región.
Obreros de construcción aplicaron el torniquete que salvó la mano de la niña
El jefe del Departamento de Bomberos de Boca Grande, C.W. Blosser, indicó que varias personas corrieron desde una obra en construcción cercana al escuchar los gritos. Fueron ellos quienes aplicaron un torniquete, medida que resultó vital para controlar la hemorragia y preservar la integridad del miembro afectado.
La rapidez con que se llamó al 911 y la intervención inmediata permitieron que los servicios de emergencia llegaran a tiempo para estabilizar a Leah antes de su evacuación aérea a Tampa. La madre de la niña, Nadia, recordó cómo una vecina la asistió mientras su esposo, Jay, volaba con Leah en el helicóptero.
“Una señora que vive cerca me ayudó con mis otros dos hijos pequeños, me trajo agua, me calmó”, relató Nadia ante los periodistas. “No sé cómo lo habría manejado sin ella”.
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