Durante los últimos días, los responsables económicos del gobierno mexicano han prodigado los contactos y los mensajes de calma y certidumbre hacia los inversores. Unas robustas reservas, varios créditos disponibles en los mercados internacionales e incluso una línea de financiación directa con el Tesoro de Estados Unidos. El peso se desplomó el domingo tras la inminente imposición de los aranceles por parte de Donald Trump y el Gobierno de Sheinbaum se arremangó aun más a primera hora de este lunes. Finalmente, la amenaza fue desactivada por el momento tras una llamada in extremis entre ambos mandatarios. La divisa ha recuperado a lo largo del día algo de terreno pero el Gobierno mexicano no baja la guardia. Deberá trabajar a marchas forzadas para sacudirse del todo el amago arancelario, aplazado un mes. Si en materia de seguridad se prevén decomisos ejemplares de fentanilo, captura de narcotraficantes y una mayor vigilancia fronteriza; en lo comercial no es descartable que en las próximas semanas se anuncien nuevos aranceles a las importaciones chinas y una estrategia, codo a codo con el empresariado mexicano, para incentivar el comercio regional de Norteamérica, una línea ya prevista en el Plan México.
AméricaArancelesComercio exteriorComercio internacionalExportacionesImportacionesLatinoaméricaMéxico