
Mientras Vladimir Putin y su “invitado estrella”, el presidente chino Xi Jinping, acaparaban toda la atención en el desfile del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, Nicolás Maduro y Cilia Flores quedaron arrinconados al fondo de la tarima, flanqueados por funcionarios menores y completamente fuera del foco geopolítico del momento.
Por lapatilla.com
Durante el acto, celebrado en la emblemática Plaza Roja de Moscú, el líder chavista intentó mostrarse firme, pero las cámaras no perdonaron: su ubicación en la plataforma de invitados evidenciaba que no estaba ni cerca del círculo de confianza de Putin. El ruso, por su parte, se mostraba absolutamente concentrado en su “pana asiático”, Xi, con quien no dejó de conversar ni siquiera al rendir homenaje ante la tumba del soldado desconocido.

La parada militar, que incluyó tropas de trece países entre ellas una vistosa guardia del Ejército Popular de Liberación de China, parecía más un show para reafirmar la alianza Moscú-Pekín que una reunión de aliados. Maduro, pese a estar de visita oficial, quedó como invitado de piedra.

