Al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, le enerva que el mundo dedique al gasto militar 2,4 billones de dólares anuales (casi 2,3 billones de euros) mientras se multiplican las guerras y 733 millones de personas están desnutridas. “Como si todo Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá estuvieran pasando hambre”, ha ilustrado Lula ante sus pares del G-20 este lunes, al inaugurar la cumbre de las mayores economías del mundo. Lula ha presentado la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, suscrita por 82 países y que nace para acelerar la batalla contra estos males causados, según ha enfatizado el brasileño, “por decisiones políticas”. El recrudecimiento de la guerra de Ucrania y las maniobras del presidente argentino, Javier Milei, que participa en el encuentro, amenazan con arruinar los deseos del país anfitrión y de quienes comparten su visión de las relaciones internacionales de que el cónclave ponga en primer plano el combate de la desigualdad, la reforma de las instituciones internacionales y el desarrollo sostenible.
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