
Las aguas del Esequibo, al sur de la desembocadura del río Orinoco, esconden milagros y tesoros. Los primeros, gracias al petróleo, se han confabulado para convertir a la pequeña Guyana en el país que más crece económicamente en todo el planeta. Y los segundos, más misteriosos, protagonizan una nueva aventura de cazatesoros, un spin-off en mares conflictivos de la serie La Fortuna, de Alejandro Amenábar.
Por: El Mundo
Como en la serie, al capitán holandés, a la pareja de perros dóberman y a los ocho tripulantes del remolcador N35, de bandera panameña, tampoco les va nada bien con la búsqueda de su tesoro: las autoridades venezolanas interceptaron el buque, lo trasladaron a la fuerza hasta Isla Margarita y lo mantienen en «custodia preventiva», incluido el marinero canario Miguel Moreno Dapena.
Cuando se cumple un mes de la captura, los familiares han perdido comunicación con los nueve tripulantes, de distintas nacionalidades. Una hipótesis apunta a que han sido trasladados al interior en un escenario geopolítico en el que el chavismo utiliza a rehenes extranjeros para sus negociaciones. Al menos 14 españoles e hispanovenezolanos son hoy presos políticos de Nicolás Maduro.
«Sólo estamos rastreando la ruta para encontrar un barco de la Segunda Guerra Mundial, que es muy antiguo, que no es venezolano y que no está en aguas venezolanas», respondió a principios de junio por radio el capitán holandés al ser requerido por primera vez desde el patrullero Guaiquerí, de la Armada venezolana.
«En su origen, el buque N35 era un remolcador de altura, un supply para dar apoyo a las plataformas petrolíferas. Se trata del ex Blue Betria, que en el 2020 fue vendido a su actual armador, pese a que es posible que el buque esté fideicomisado a un mánager en España. Es una práctica habitual en el negocio marítimo a la hora de explotar los activos flotantes. Viene realizando todo tipo de trabajos submarinos, entre los que destaca la exploración del lecho marino en busca de antigüedades, procedentes de pecios históricos, como ya llevó a cabo al sur de Canarias durante dos semanas», describe a Crónica Rafael Muñoz Abad, codirector del Máster internacional de seguridad y protección marítima del campus CISDE.
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