
En su segundo mandato, el presidente Donald Trump a menudo parece estar lanzando ideas al aire, a ver qué funciona y qué no. Ese es, sin duda, el caso de su poco convencional iniciativa para un nuevo censo.
Por CNN
Este asunto se le ha resistido varias veces antes, pero aparentemente ha vuelto para intentarlo otra vez, a pesar de los obvios y numerosos obstáculos.
Para resumir: Trump anunció el jueves que ordenó al Departamento de Comercio “comenzar inmediatamente a trabajar en un CENSO nuevo y altamente preciso” que no contara a los inmigrantes indocumentados.
Por alguna razón, la administración no dice con precisión cuándo Trump pretende realizar este censo, si sería un registro sin precedentes a mediados de la década o si se refiere a mejoras al censo existente o al próximo en 2030.
Pero dado que algunos republicanos –como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia– han impulsado la idea de realizar uno a mediados de la década y que Trump parece estar buscando cualquier ventaja que su partido pueda obtener en las elecciones intermedias de 2026 en este momento (ver: redistribución de distritos en Texas), hay una buena posibilidad de que quiera decir que esto debería suceder ahora.
Esto traería consigo una serie de problemas graves.
Uno de ellos es la magnitud del proceso censal. Requiere literalmente una década de trabajo, con reglas estrictas sobre algunos aspectos del proceso, incluyendo que sus preguntas deben acordarse con dos años de antelación. Pretender que algo equivalente a un censo tradicional se realice en tan poco tiempo parece bastante ingenuo.
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