Que USCIS (el organismo encargado de procesar solicitudes migratorias) preguntará a los vecinos del barrio y colegas de trabajo quién es elegible o no para la ciudadanía estadounidense, al estilo de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Que su gobierno arremete contra la comunidad LBTIQ+, como hicieron en Cuba con los homosexuales en los años sesenta. Que Donald Trump ha coqueteado con quedarse más tiempo en la Casa Blanca, y que Fidel Castro, de tanto que saboreó el poder, estuvo al frente del país por casi medio siglo. Que el primero ya ha destinado esfuerzos al ataque ideológico y contra la libertad de expresión, algo que el segundo anuló por completo. Que uno adora lo que el otro hizo su fe: la exaltación, el control máximo, un mar de fanáticos y la certeza de que no hay motivo por el que se les deba tildar de dictadores.
AméricacubaDonald TrumpEstados UnidosFidel CastrofloridaPartido Republicano EE UUPolíticaPolítica migratoriaPolítica migratoria EE. UU.