Venezuela, enero de 2015. Los ciudadanos se ven sometidos a colas interminables para hacer la compra. Escasean los productos básicos, como la leche, el azúcar, el aceite, el papel higiénico y los pañales. La inflación galopante sume en la pobreza a millones de ciudadanos. El presidente de Venezuela recurre a teorías conspirativas que culpan de la desastrosa situación a una “guerra económica”. Mientras, un alto cargo de su Gobierno y un intermediario se gastan junto a sus familias más de 1,1 millones de dólares en unas vacaciones en la paradisiaca isla caribeña de San Bartolomé gracias a los 28 millones de dólares en sobornos por cuenta del grupo español Telefónica.