
La afirmación que hizo Elon Musk el mes pasado de que Donald Trump aparecía en los archivos del FBI relativos al financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein fue señal de una grieta sonora y pública en el sistema de apoyo del presidente.
Esa grieta se ha convertido en un abismo en los últimos días, después de que el gobierno diera marcha atrás repentinamente en sus antiguas promesas de revelar detalles hasta ahora desconocidos de la investigación sobre Epstein, quien estaba a la espera de juicio por cargos de tráfico sexual antes de su muerte en 2019.
Los archivos restantes, según sugirieron funcionarios del gobierno, incluían una “lista de clientes” que muchos implicados en el caso insisten en que nunca existió. De pronto, algunos de los partidarios más fervientes y abiertos de Trump declararon que sospechaban que había un encubrimiento, aunque no estuvieran de acuerdo en quién estaba implicado ni por qué.
Durante el fin de semana, Trump instó a sus partidarios a pasar página, implorándoles en redes sociales que no “malgastaran Tiempo y Energía en Jeffrey Epstein, alguien que no le importa a nadie”.
Las consecuencias, aún en desarrollo, de la decisión del gobierno de Trump de mantener en secreto los archivos ponen de relieve el modo en que Epstein es una figura políticamente más potente ahora que cuando se suicidó hace seis años en una celda de Manhattan.
¿Cuál es el origen del caso?
Epstein pagaba dinero a chicas adolescentes para que realizaran actos sexuales, y utilizaba a quien fuera alguna vez su novia, Ghislaine Maxwell, para reclutar y gestionar su plantel de víctimas.
Una investigación del FBI y de la policía de Florida condujo a su imputación en 2006. Dos años más tarde, se declaró culpable ante un tribunal estatal de dos delitos graves, incluido el de contactar a una menor con fines sexuales, en un acuerdo que evitó cargos federales que podrían haber supuesto penas de prisión mucho más graves.
Una serie de artículos publicados años después por The Miami Herald revelaron cómo el sistema de justicia penal se había inclinado a favor de Epstein, a pesar de las numerosas pruebas en su contra.
En 2019, fue detenido por agentes federales en la zona de Nueva York, acusado de traficar con decenas de niñas, algunas de tan solo 14 años, y de participar en actos sexuales con ellas. Las autoridades afirman que se ahorcó en una celda de la cárcel mientras esperaba el juicio.
Lea más en The New York Times