
La promesa del presidente Donald Trump de reactivar la industria manufacturera estadounidense se está chocando con el obstinado obstáculo de la realidad demográfica.
Por TN
La reserva de obreros que pueden y quieren realizar tareas en una fábrica estadounidense está disminuyendo. A medida que los baby boomers se jubilan, pocos jóvenes se han ofrecido para ocupar su lugar.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, actualmente hay alrededor de 400.000 empleos sin cubrir en el sector manufacturero, un déficit que seguramente aumentará si las empresas se ven obligadas a recurrir menos a la fabricación en el extranjero y a construir más fábricas en Estados Unidos, señalan los expertos.
Desde 2017, los fabricantes estadounidenses han hablado constantemente de la dificultad para atraer y retener una fuerza laboral de calidad como uno de sus “principales desafíos”, dijo Victoria Bloom, economista jefe de la Asociación Nacional de Fabricantes, que elabora una encuesta trimestral. Esto apenas recientemente descendió en la lista de desafíos, al ser rebasado por la incertidumbre relacionada con el comercio por los aranceles del gobierno de Trump y por el aumento de los costos de las materias primas, explicó Bloom.
Sin embargo, la escasez de obreros cualificados sigue siendo un problema a largo plazo, según Ron Hetrick, economista de Lightcast, empresa que proporciona datos laborales a universidades e industrias.
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