A Donald Trump le encanta firmar órdenes ejecutivas. Entran en vigor inmediatamente y son una exhibición de su poder. En su primer día como presidente acabó firmando 41 decretos que barren la era de su antecesor, Joe Biden, en todo aquello en que alcanzan sus competencias ejecutivas (y quizá incluso excediéndose algo de las mismas). Buena parte de las disposiciones van referidas a la inmigración y la energía, las hay meramente simbólicas y otras de gran calado. Trump firmó nueve de esos decretos ante sus seguidores en el Capital One Arena. El resto, en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Este es su contenido.
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