
Detrás de sus amplias gafas negras con tachuelas, Víctor Faro tiene los ojos clavados en las ventanas del hotel donde se aloja Lady Gaga en Río de Janeiro: espera ver a su ídola, que dará el sábado un megaconcierto gratuito en la icónica playa de Copacabana.
Con cuernos de cabra de plástico en la cabeza y bigotes con las puntas alzadas al estilo Dalí, este joven brasileño de 30 años desplega todo su arsenal de little monster (pequeño monstruo), apodo cariñoso dado por la estrella pop estadounidense a sus fanáticos, agolpados por decenas frente al Copacabana Palace, a metros del imponente escenario instalado sobre la arena.
“¡Todo el mundo está en Río!”
La alcaldía de Río, ciudad acostumbrada a recibir multitudes durante su famoso carnaval, espera un público de 1,6 millones de personas.Y prevé un movimiento económico de 600 millones de reales (unos 100 millones de dólares), casi un 30% más que lo que generó el concierto de Madonna en un evento hace un año en el mismo lugar.
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