
Florida ejecutó a un exmilitar estadounidense condenado por el asesinato de su esposa y de sus dos hijos menores. Edward Zakrzewski, de 60 años, recibió una inyección letal en una prisión del norte de Florida por los crímenes cometidos en 1994.
Por Semana
En junio de aquel año, Zakrzewski mató a su mujer, Sylvia, de 34 años; a su hijo Edward, de siete, y a la pequeña Anna, de cinco.
El exsargento de la Fuerza Aérea, que se declaró culpable, masacró a su familia después de enterarse de que su esposa quería divorciarse de él.
A ella la golpeó con una palanca, antes de estrangularla con una cuerda y rematarla con un machete. Los niños fueron asesinados con esta arma, adquirida por el asesino durante su pausa para almorzar, el mismo día de los hechos.
Zakrzewski huyó a Hawái y se cambió de nombre tras los crímenes, pero se entregó cuatro meses después tras ser identificado por unos amigos gracias a un programa de televisión llamado “Unsolved Mysteries” (Misterios sin resolver).
Edward Zakrzewski fue declarado muerto a las 18:12 tras una inyección de tres drogas en la Prisión Estatal de Florida, cerca de Starke.
“Quiero agradecer a la buena gente del Estado del Sol por matarme de la manera más fría, calculada, limpia, humana y eficiente posible. No tengo ninguna queja”, dijo Zakrzewski en sus últimas palabras una vez que se levantó el telón de la cámara de la muerte.
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