
Un reciente estudio de la NASA sobre la gravedad lunar está revelando nuevas pistas sobre por qué los dos lados de la Luna son tan diferentes. La investigación, basada en datos de la misión GRAIL (Laboratorio de Recuperación de Gravedad e Interior), muestra que el interior profundo de nuestro satélite tiene una estructura asimétrica.
Por DW
Los científicos descubrieron que esta asimetría fue causada por intenso vulcanismo en la cara visible desde la Tierra hace miles de millones de años. Durante su órbita, la cara cercana lunar se flexiona ligeramente más que la cara lejana debido a la influencia gravitacional terrestre, un fenómeno conocido como «deformación de marea». Esta diferencia en flexibilidad confirma variaciones significativas en el manto lunar entre ambas caras, explicando finalmente por qué sus superficies tienen apariencias tan distintas.
«Nuestro estudio muestra que el interior de la Luna no es uniforme: el lado que mira hacia la Tierra – la cara cercana– es más cálido y geológicamente más activo en profundidad que la cara lejana», dijo Ryan Park, supervisor del Grupo de Dinámica del Sistema Solar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California y autor principal del estudio publicado en la revista Nature.
Vulcanismo y temperatura: claves del manto lunar
La cara de la Luna que vemos desde la Tierra está dominada por extensas llanuras llamadas «mares», formadas por antiguas corrientes de lava solidificada. En contraste, la cara oculta presenta un terreno irregular con escasas llanuras.
Durante años, los científicos han teorizado que un intenso vulcanismo en la cara visible provocó la acumulación de elementos radiactivos generadores de calor en ese lado del manto lunar. El reciente estudio proporciona la evidencia más contundente hasta ahora para confirmar esta teoría.
Las mediciones revelan que el manto de la cara cercana es entre 100 y 200 grados Celsius más caliente que el de la cara lejana. Esta notable diferencia térmica parece mantenerse gracias a la descomposición radiactiva de elementos como el torio y el titanio, concentrados en la cara visible de nuestro satélite.
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