
Vivian Wilson, la hija transgénero del empresario tecnológico Elon Musk, afirmó que está “en quiebra” y que no dispone de grandes sumas de dinero, pese a ser descendiente del hombre más rico del mundo. A sus 21 años, explicó que optó por vivir con tres compañeros de piso porque así reduce gastos de vivienda en Los Ángeles, California.
Por La Nación
Vivian Wilson, la hija de Elon Musk, habla de su situación económica real
Wilson reconoció que muchas personas creen que posee una enorme fortuna, pero desmintió esa idea. “La gente asume que tengo mucho dinero. No dispongo de cientos de miles de dólares”, declaró en una entrevista con The Cut.
La joven aclaró que no busca acumular riqueza. “No tengo ningún deseo de ser súper rica”, afirmó. Para ella, lo esencial pasa por poder comprar comida, contar con amigos, tener un lugar donde dormir y algunos ingresos para gastos menores.
El distanciamiento de Vivian Wilson y Elon Musk tras su cambio de género
Vivian cortó los lazos con Musk en 2022, cuando presentó la petición para cambiar su género y su nombre. Desde entonces, calificó públicamente al empresario como “un hombre-niño patético” y aseguró que no aceptó su identidad.
El dueño de Tesla y SpaceX, por su parte, expresó que su hija había sido “asesinada por el virus de la mente progresista” y que lo “engañaron” para permitirle la transición a los 16 años. Vivian lo definió como “rápido para enojarse”, “indiferente” y “narcisista”.
Infancia de privilegios y estudios de la hija de Elon Musk
En la entrevista, Wilson recordó que asistió a una escuela privada en Santa Mónica, donde compartió clases con Apple Martin, hija de Gwyneth Paltrow y Chris Martin. Allí, dijo, se encontró con un ambiente lleno de “bebés nepo”. Además, relató que le enseñaron idiomas como coreano, chino, japonés y español.
Más tarde ingresó a universidades en Canadá y Japón, aunque abandonó sus estudios y culpó a la inteligencia artificial (IA) por haberle quitado motivación. En la actualidad, analiza la posibilidad de retomar su formación en un colegio comunitario, aunque admite que “la universidad es cara” y que no cuenta con una herencia que lo cubra.
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