
En lo que va de año, 11 inmigrantes han muerto en centros de detención administrados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Casi la mitad de esas muertes —cinco— han ocurrido en Florida, donde este martes comenzó a operar una nueva cárcel para inmigrantes en medio del pantano de los Everglades apodada Alligator Alcatraz y a cuya inauguración asistió el presidente Donald Trump. El nuevo centro, que el republicano tildó de “hermoso” durante su visita, abre en medio de crecientes críticas sobre las condiciones dentro de estas instalaciones, particularmente las de Florida.
Por El País
La muerte más reciente en este Estado fue la de Isidro Pérez, quien falleció el 26 de junio luego de tres semanas de arresto en el centro de detención de Krome en Miami. Pérez era cubano, tenía 75 años y llegó a Estados Unidos cuando tenía 16. “La causa de muerte está aún bajo investigación”, declaró la agencia el domingo en una nota de prensa. Según el ICE, Pérez ingresó el 6 de junio a la Unidad de Atención Médica de Krome, donde fue diagnosticado con “varios problemas médicos” y el jueves 26 a las 7.00 pm notificó al personal que tenía dolores de pecho, fue trasladado a un centro hospitalario y allí falleció, a las 8.42 pm.
“La gente muere bajo custodia del ICE, la gente muere en cárceles del condado, la gente muere en prisiones estatales”, respondió Tom Homan, el zar de la frontera, al ser cuestionado el lunes por la prensa sobre la muerte de Pérez. Homan, que en ese momento dijo desconocer los detalles sobre el caso del inmigrante cubano, se jactó de las condiciones de detención y los servicios de salud que reciben los detenidos a nivel nacional que, según él, superan a las de cualquier centro de reclusión federal o estatal: “Tenemos los estándares más altos en la industria de la detención, a un costo muy alto para los contribuyentes”.
Tres días antes de la muerte de Pérez, el 23 de junio, el canadiense Johnny Noviello fue hallado muerto en una prisión federal del centro de Miami, que ha sido habilitada como centro de detención de migrantes desde febrero. Noviello tenía 49 años, vivía en Daytona Beach desde los 10 y era residente legal desde 1991. En 2023, Noviello fue condenado por vender opioides y se encontraba bajo libertad condicional cuando fue detenido por el ICE, el 15 de mayo de este año, después de que él mismo acudiera al Departamento de Correcciones de Florida en Daytona Beach.
Desde entonces se encontraba en proceso de deportación. Según sus familiares, Noviello tenía epilepsia y recibía medicación contra las convulsiones. Al igual que Pérez, la causa de su muerte no ha sido determinada y ninguno de los dos casos han sido incluidos aún en el registro de decesos del año que publica el ICE en su página web, y que al cierre de esta edición mostraba solo las muertes reportadas hasta principios de mayo.
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