
En 1985, Lucélia Santos viajó a China por primera vez, y visitó la Gran Muralla.
Por BBC Mundo
«La multitud era tan grande que fue cubierta por la prensa», recuerda el embajador retirado Paulo Antônio Pereira Pinto, quien sirvió en Pekín entre 1982 y 1985.
«Elizabeth Taylor, quien estaba allí al mismo tiempo, sólo apareció en una foto discreta en el periódico».
Lucélia voló unas 25 horas para recibir el premio Águila de Oro, el «Óscar chino». A diferencia de otros galardones, los ganadores no son elegidos por un jurado especial, sino por votación popular.
La brasileña, la primera actriz extranjera en ganar la categoría de mejor actriz, recibió 300 millones de votos.
En el aeropuerto de Pekín, de camino a casa, Lucélia oyó un coro de cientos de voces: «Isola, laila!» (¡Vuelve, Isaura!).
China fue uno de los más de 120 países que, según una encuesta de TV Globo, vieron la telenovela «Esclava Isaura», escrita por Gilberto Braga basada en la novela de Bernardo Guimarães (1825-1884).
Guimarães nació y murió en Ouro Preto, Brasil, y estudió Derecho en la Facultad de São Paulo, donde conoció a futuros escritores, como el novelista José de Alencar, autor de «El Guaraní» e «Iracema»; y el poeta Álvares de Azevedo, de «La lira de los veinte años» y «Noche en la taverna».
Fue juez y autor de 17 libros, entre novelas y poemas.
Pero «La esclava Isaura» (1875), sobre una esclava blanca que vivía en una finca en Campos dos Goytacazes, es su obra más famosa.
Tanto que, durante una visita a Minas Gerais en 1881, el entonces emperador Don Pedro II quiso conocerlo.
«Fue un excelente narrador que tuvo éxito en prácticamente todos los medios: circo, teatro, cine, radionovelas y hasta cómics», afirma Mauro Alencar, doctor en Teledramaturgia por la Universidad de São Paulo y autor de «La Hollywood brasileña».
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