Estos días, el Kremlin no puede ocultar su satisfacción. Su portavoz, Dmitri Peskov, lo proclama a los cuatro vientos: “EE UU se está alineando cada vez más con nosotros”. Mientras, Washington castiga a su en teoría aliado, Ucrania, al que cancela su ayuda militar, y zahiere al presidente, Volodímir Zelenski. Otros gobiernos amigos también han probado la inquina de la Administración de Trump: esta semana imponía aranceles del 25% a los productos de Canadá y México, sus vecinos y socios comerciales. Y asegura que hará lo mismo contra Europa: “La Unión Europea nació para joder a EE UU. Ese es su objetivo, y lo ha cumplido muy bien”, declaraba recientemente el republicano desde su querido Despacho Oval.
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