
Durante casi un siglo, el ajuar funerario de Tutankamón ha deslumbrado al mundo. Pero entre todos los tesoros de su tumba, hay un objeto que destaca por razones insólitas: una daga forjada con hierro que no procede de la Tierra. Un estudio pionero de 2015, publicado en Meteoritics and Planetary Science por Daniela Comelli y su equipo, fue el primero en confirmar que la hoja de esta daga estaba hecha con hierro meteórico. Años después, un segundo trabajo de investigación, publicado en 2022 por Takafumi Matsui y sus colegas del Instituto de Tecnología de Chiba, llevó el análisis un paso más allá: no solo confirmó su origen extraterrestre, sino que desentrañó detalles sobre su fabricación y procedencia diplomática.
Por: Muy interesante
Gracias al uso de espectrometría de fluorescencia de rayos X portátil y a estudios de distribución elemental, los investigadores descubrieron que el hierro contenía una alta proporción de níquel y cobalto, signos inconfundibles de origen meteórico. Más aún, detectaron en su superficie el característico patrón Widmanstätten, un entramado metálico exclusivo de los meteoritos de tipo octaedrita, jamás reproducido por medios terrestres. Estos resultados reafirman que la daga de Tutankamón fue forjada, literalmente, con material venido del cielo.
El arte de trabajar el hierro… cuando Egipto aún no conocía el hierro
El hallazgo desafía las cronologías convencionales de la historia de la metalurgia en Egipto. La daga data del siglo XIV a.C., un periodo anterior al inicio documentado del trabajo del hierro en el país, que no aparece hasta varios siglos después. Mientras que otros objetos de hierro de la época muestran una manufactura rudimentaria, esta hoja presenta una elaboración sofisticada, simétrica y pulida, con un nivel técnico que no encaja con las capacidades metalúrgicas egipcias conocidas hasta entonces.
La investigación de Matsui descubrió además que la hoja fue trabajada a temperaturas inferiores a los 950?°C, sin fundición completa. Esto sugiere una técnica intermedia entre el trabajo en frío y la forja controlada, lo que implicaría un conocimiento muy avanzado del material. Todo esto lleva a pensar que el arma fue elaborada fuera de Egipto y más tarde entregada como obsequio diplomático.
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