
Hay canciones que conmueven, otras que hacen bailar y unas pocas que perturban. Pero solo una ha sido señalada por oyentes y especialistas como la más aterradora de la historia. Se trata de Black Sabbath, una obra que transformó la música en un vehículo de miedo puro, y que más de cinco décadas después de su lanzamiento sigue generando escalofríos desde su primer acorde.
Por: Gizmodo
El sonido del miedo: Cuando la música se convierte en amenaza
No es fácil que una canción cause terror real. El miedo suele ser dominio del cine o la literatura. Pero Black Sabbath, tema que da nombre a la banda británica del mismo nombre, desafía esa idea desde 1970. Su introducción —lluvia, truenos, una campana fúnebre— sitúa al oyente en un paisaje lúgubre, como si estuviera a punto de comenzar una película de horror gótico.
Luego aparece el riff: una progresión lenta, grave y basada en el tritono, un intervalo musical tan disonante que durante siglos fue evitado por músicos clásicos y eclesiásticos. En la Edad Media, incluso se lo conocía como diabolus in musica —el diablo en la música— por su capacidad de generar incomodidad.
Una experiencia emocional que va más allá de lo musical
Lo que diferencia a Black Sabbath de otras canciones oscuras no es solo su sonoridad, sino su estructura narrativa. La voz de Ozzy Osbourne no canta: implora, relata, teme. Habla de una figura oscura que se aparece de forma inesperada, como una presencia maligna. Es una historia que no busca provocar reflexión ni euforia, sino transmitir una sensación tangible de amenaza.
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