
Justo a 4 meses de finalizar su carrera, Halis Montero, una joven mexicana del estado de Guerrero, descubrió que la licenciatura en educación especial, es decir, la profesión que estudiaba, no estaba registrada en la Escuela Normal donde se formaba.
Por El Tiempo
Inicialmente, ella no sabía sobre qué se trataba la carrera. Sin embargo, al hacer los exámenes y enterarse de que tendría que enseñar a personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad, le encantó la idea: “Fue la oportunidad de estudiar y dedicarme a algo muy noble. Por eso, puse todo de mí”, según reveló en su perfil de Tik Tok.
Para ella, el hecho de que al llegar a la institución le dijeran que había cambiado de nombre era una señal de alarma, pero no hizo nada en contra: “Cuando llegué me dijeron: ‘Tu licenciatura desapareció. Ahora se llama Inclusión Educativa. ¿Te quedas o qué onda?’ Ya estaba ahí, había hecho muchos esfuerzos, así que obviamente me tenía que quedar”.
A partir de allí, las cosas se estabilizaron. Más adelante, a menos de un semestre de graduarse, iniciaron las regularidades en otra etapa: le dijeron que tenía que validar dos semestres de inglés en una semana.
“No estaba de acuerdo, pero nadie dijo nada. Así haya sido inglés o la materia que fuera, no es correcto que le digas a tus alumnos que tienen que validar unas cosas que se te olvidó enseñarles”, expresó.
Paralelo a ese descubrimiento, estaba trabajando en la secretaría y le dijeron que era probable que le removieran el cargo, pues no sabían si le iban a entregar el título. Es importante mencionar que es un requisito para ejercer como profesional de la educación.
“Desde el primer día de universidad todo estuvo mal, pero yo realmente no pude verlo. Estaba muy preocupada por el dinero para estar ahí. Era una ciudad nueva, tuve que mudarme”, contó.
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