
La reelección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha marcado el inicio de una nueva etapa en materia migratoria. Su retorno a la Casa Blanca ha venido acompañado de un paquete de reformas que buscan restringir drásticamente el ingreso irregular al país.
Por Kien y Ke
Entre las medidas ya en marcha se destacan la ampliación de las deportaciones aceleradas, el uso intensivo de inteligencia artificial y el fortalecimiento de herramientas tecnológicas como CBP One, que facilitan procesos de “auto deportación” voluntaria o bajo presión administrativa.
Este endurecimiento ha generado incertidumbre en comunidades migrantes, especialmente en América Latina, donde miles de personas buscan cada año una oportunidad en el país norteamericano. Sin embargo, también ha generado un efecto colateral: el aumento del interés en las rutas migratorias legales, como el programa de visas laborales tipo EB-3.
Visa EB-3: una puerta legal con beneficios reales
La visa EB-3 permite a ciudadanos extranjeros acceder a empleos formales en sectores de alta demanda en EE. UU., como hotelería, manufactura, agricultura y logística. Lo que la hace especialmente atractiva es que ofrece la posibilidad de obtener la residencia permanente legal (Green Card), siempre y cuando la vacante haya sido certificada como “esencial” por las autoridades estadounidenses.
A diferencia de otras opciones migratorias más restrictivas, la EB-3 está diseñada para fomentar la migración regulada y ordenada, alineándose con la política migratoria actual del gobierno estadounidense.
“La política migratoria actual está orientada a premiar el orden, el mérito y la legalidad. La visa EB-3 se alinea completamente con esa visión”, explica Fernando Valenzuela, director para Latinoamérica de Global Express Recruiting, firma especializada en reclutamiento internacional.
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