El titular asumido, no compromete un texto explicativo en este espacio editorial que de una, vamos a quedar debiendo. Es en todo caso un tema de interés y una perspectiva para entender nuestro día a día de lucha contra Narcoplast y Diosmiao. Pero el tema queda en la mesa. Ojo con esto!
Dos guerras se han interpuesto en el escritorio de DT y razonablemente interfieren en el frente de apoyo decisivo que podríamos tener para la extracción de la dictadura. Geopolítica habemus. La paz se aleja hasta del Santo Sepulcro y la guerra plena pantallas y redes.
Por los lados del sur del Caribe tanto Venezuela como Colombia, experimentan pasajes de la rutina narcoeconómica que dirige tras bastidores y con zafarranchos sangrientos y criminales, el destino y la refriega política en los dos países.
Qué ladrilla! Y qué horror. Juntos. Y pensar que somos herederos de Bolívar condenados a la industria de los narcos, imprescindible para gran parte de los habitantes felices de la american way of life ¿Cómo y cuándo se terminará de armar este costoso trajín?
La diáspora, hoy más fuerte desde Venezuela pero más antigua en la hermana y muy querida República, nos empuja hacia el norte y España, con algunos derrames hacia el resto del mundo democrático. Elección que denota un rasgo común, la preferencia por la libertad y la democracia.
La paz es la gran solución y lo más difícil para este mundo de civilización poderosa, rica con armamentos y escudos que te caes, pero ciega, sorda y muda para cohabitar y convivir en un planeta algo cansado y muy amenazado a estas alturas.
El comunismo y los negociadores de la economía del mal se frotan las manos, repartiendo barreras y llenándolas de armas letales. Valga la redundancia.
La diáspora no es una huída hacia ningún lado. Es la tregua más provechosa. La guarimba para proteger familias y pueblo y para reorganizar los sueños y los tonos de la música alegre y recreadora de la lucha por el progreso y la justicia.
Volveremos muchas veces a chatear y escudriñar este trío temático. Si es que la geopolítica descubre el freno y las rutas de salida, la narcoeconomía cede el paso a la gobernanza casada con el desarrollo humano democrático y la diáspora asume un Vuelvan Caras que ni te cuento. Todo es posible. Fuera los demonios y que Dios se apiade!
