
Israel dijo este domingo que en la última semana -del 3 al 9 de agosto- 1.900 camiones de ayuda humanitaria «fueron recogidos y distribuidos» en la Franja de Gaza a través de los cruces de Zikim (en el norte) y de Kerem Shalom (sur), lo que supone una media de 270 camiones diarios frente a los 600 necesarios -según las organizaciones humanitarias- para cubrir las necesidades de los gazatíes.
Del total, el COGAT, el organismo israelí encargado de los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados, asegura que del total, más de 1.300 camiones contenían sobre todo alimentos.
«Seguiremos facilitando la ayuda humanitaria a Gaza para la población civil no para Hamás», recoge la nota.
El Gobierno de Gaza, por su parte, en un comunicado difundido por su oficina de medios, lamentó que durante el día de ayer solo entraran 95 camiones, la mayoría de los cuales «fueron saqueados y confiscados en medio del caos de seguridad deliberado por la ocupación israelíes».
Y, además, asegura que, según su recuento de los últimos 14 días (del 27 de julio al 9 de agosto) solo han entrado en Gaza un total de 1.210 camiones de ayuda, «lo que significa que solo se han cubierto alrededor del 14 % de las necesidades reales», recoge la nota.
El veto impuesto por Israel a la entrada de la prensa internacional a la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí dificulta poder contrastar este baile de cifras.
De lo que vienen advirtiendo los principales organismos como la ONU y los propios gazatíes consultados por EFE es de que la ayuda que llega es insuficiente. Y subrayan que para paliar la actual situación de la Franja, al borde la hambruna, se necesita la entrada diariamente de 600 camiones.
Otro problema que ha reportado el Gobierno de la Franja es que la mayoría de los camiones que acceden a Gaza son saqueados, por civiles hambrientos pero también por bandas armadas, ante la falta de medidas de seguridad por parte de Israel, lo que impide que puedan llegar de forma segura a los almacenes para que la ayuda pueda ser distribuida. EFE