
Un farmacéutico de Bel Air, Maryland, fue condenado a cinco años de prisión —cuatro de ellos suspendidos— tras declararse culpable de crueldad animal agravada y obtención fraudulenta de medicamentos.
Por: Infobae
Ryan Kenneth Ball, de 38 años, utilizó fármacos quirúrgicos altamente controlados para acabar con la vida de su perro Louie, un Plott Hound de seis años. El caso, ocurrido en julio de 2024, fue calificado por las autoridades como un acto premeditado de maltrato animal.
Según la investigación, Ball accedió a relajantes musculares como succinilcolina y rocuronio a través de su trabajo como farmacéutico, los llevó a su casa y los inyectó al perro.
Estos medicamentos, normalmente usados en entornos quirúrgicos humanos, pueden causar parálisis respiratoria si no se administra asistencia médica.
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El hallazgo de jeringas y viales vacíos en su vivienda, sumado a pruebas toxicológicas, confirmó que el animal murió por sobredosis.
Testimonios de vecinos revelaron que Ball intentó previamente deshacerse del perro, incluso ofreciendo dinero para que alguien lo adoptara.
Las autoridades consideraron estas declaraciones como prueba de una actitud persistente de rechazo hacia la mascota y la fiscalía concluyó que la muerte del animal no fue accidental ni por negligencia, sino resultado de una acción deliberada y con pleno conocimiento de los efectos letales de los fármacos.
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