El hermano de la polémica congresista colombiana admite su responsabilidad en un complot para enviar cocaína a los Estados Unidos, pero asegura que le impusieron una pena que no corresponde con su nivel de poder en la cadena del narcotráfico. Según Álvaro Córdoba, el proceso que terminó con su entrega a la justicia de los Estados Unidos en el 2022 -que en su momento marcó una ruptura entre la senadora Piedad Córdoba y el presidente Gustavo Petro, quien firmó la orden de extradición- es un capítulo más del extenso expediente del famoso «cartel de los Soles».
Por EL TIEMPO
«Por varias décadas, el difunto presidente Hugo Rafael Chávez fue parte de una organización que exportaba cocaína con generales de las Fuerzas Militares de Venezuela (…) Existe evidencia irrefutable que relaciona a altos oficiales venezolanos con las desmovilizadas Farc y, es penoso para mí aceptarlo, también involucra a mi amada y fallecida hermana, Piedad Córdoba Ruiz. Yo no soy nada más que un indefenso e inofensivo actor menor en esta compleja red criminal», dice Álvaro Córdoba.
Hasta su muerte en 2024, Piedad Córdoba enfrentó cuestionamientos por su cercanía tanto con el régimen chavista como con las Farc. Ella nunca admitió ser la «Teodora Bolívar» de los computadores de alias Raúl Reyes, y las investigaciones en su contra por esos presuntos vínculos ilegales se cerraron por una polémica decisión de la Corte Suprema que en 2011declaró rota la cadena de custodia de las pruebas recogidas en el bombardeado campamento del ‘canciller de las Farc’ en Ecuador.
Lo que ahora se conoce es que la fallecida líder política estuvo en el radar de las autoridades antinarcóticos de los Estados Unidos.
Año y medio después de la muerte de la senadora, Álvaro Córdoba, quien cuenta 66 años, asegura que, por su cercanía con Piedad, de quien, dice, fue «secretario» y «mensajero», «escuchó» cosas que ella supuestamente dijo o con las que «ella estuvo de acuerdo». Acto seguido, se define como «una persona que conoce o está al tanto de la comisión de un crimen, pero que no participa en él».
Él fue detenido junto a Libia Amanda Palacio Mejía y Alberto Jaramillo, los dos también extraditados. De ellos asegura que eran quienes tenían acceso real a cargamentos de cocaína.
Desde julio de 2021 hasta el 2022, y sin saber que estaba en realidad en medio de una operación encubierta de agentes de la DEA, se involucró en lo que le presentaron como un posible negocio con narcos mexicanos que, finalmente, puso su nombre en una solicitud de extradición. Él asegura que en realidad los federales iban detrás de la senadora. Incluso afirma que el juez que le impuso la condena de 14 años le dijo que, si tenía alguna información sobre su hermana, su caso podría ser reconsiderado.
La versión que dan ante las autoridades federales el hermano de Piedad y su defensa es que a él le ofrecieron un negocio ilegal y lo aceptó, y por eso acepta su culpa: «Lo pusieron en una coyuntura moral y Álvaro falló», dice el documento.
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