El insulto que un telonero de Donald Trump dirigió a Puerto Rico (“isla flotante de basura”) hace una semana, en un mitin del candidato republicano en Nueva York, ha puesto en bandeja a la vicepresidenta y candidata demócrata el apoyo de última hora de muchos habitantes de Allentown, una industriosa ciudad de la decisiva Pensilvania con una importante comunidad boricua. De los cuatro actos y medio programados en el Estado sobre el que su rival ya aventó este domingo sospechas de fraude electoral, la presencia de Harris este lunes en Scranton —localidad natal de Joe Biden— y Allentown, las dos primeras paradas de su gira, pretende arañar los últimos votos. La primera es zona fabril; la segunda, una ciudad mayoritariamente hispana, con un 55% de la población repartida entre puertorriqueños y dominicanos.
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