
Un tumor, problemas respiratorios y signos de sobrecarga física desde la infancia fueron identificados en los restos óseos del médico venezolano. El análisis fue liderado por el patólogo Enrique López López, quien acudió al estado Zulia al III Congreso Científico de la Facultad de Medicina del estado Zulia.
Por Corresponsalia
El doctor Enrique López López, médico anatomopatólogo egresado de la UCV y doctor en ciencias médicas por LUZ, lideró la recuperación y análisis de los restos del beato José Gregorio Hernández.
El estudio se realizó entre los años 2020 y 2023 en octubre de 2020, mientras López presidía la Academia Nacional de Medicina, la finalidad era obtener reliquias primarias y fragmentos óseos que luego fueron distribuidos en diócesis de toda Venezuela y una enviada al Vaticano.
Estudios forenses revelaron datos clínicos y antropológicos
El equipo aplicó técnicas de antropología, patología y odontología forense. Los hallazgos permitieron correlacionar datos físicos con episodios documentados de la vida del beato:
* Un tumor benigno en el talón izquierdo generaba una cojera funcional. Se comprobó que usaba un zapato ortopédico compensatorio.
* Presentaba tórax agrandado, característico de pacientes asmáticos. Esto explicaría por qué no resistió el seminario en Italia, donde hacía trabajos forzados como cortar leña y arar tierra.
* Desde niño, cargaba agua desde un pozo. Esto quedó reflejado en el desarrollo óseo anormal de la clavícula y hombros.
* Tenía reparaciones dentales con oro en seis de doce piezas encontradas.
* Solo se hallaron 131 piezas óseas de las 306 esperadas, lo que indica probable pérdida o profanación en el pasado.
¿Cuál fue la causa de muerte?
Aunque no se conserva el cuerpo completo, el análisis permitió confirmar condiciones compatibles con enfermedades respiratorias crónicas. La falta de ciertas piezas óseas también sugiere que los restos fueron manipulados tras su primer entierro en 1919. En 1929 fueron trasladados a un panteón familiar, posiblemente debido al deterioro de la urna original.
El médico que diagnosticaba con precisión y oraba con sus pacientes
López destaca que José Gregorio Hernández fue formado en la mejor escuela médica del mundo en su tiempo: París. Tenía una formación integral, podía hacer exámenes hematológicos y coproparasitarios, diagnosticar malaria o fiebre amarilla, y aplicar tratamientos con éxito relativo para la época.
“Era un médico brillante y un hombre profundamente humano: rezaba con los pacientes, les aconsejaba hervir el agua, cuidarlos… Por eso ya en vida la gente lo llamaba santo”, afirmó López.
Una experiencia que unió ciencia y fe
El doctor López, con más de 25 años de experiencia en patología, asegura que este fue el proyecto profesional más importante de su vida. “Mi familia y yo siempre hemos sido devotos de José Gregorio. Vivir esto fue también un acto de fe”, dijo.
Según informo el patólogo el informe completo será presentado en una conferencia en la Universidad José Gregorio Hernández de Maracaibo, programada para julio de este año.