Colombia ha dado el brazo a torcer una vez más con el Gobierno de Donald Trump. La nueva crisis diplomática, ocasionada por unas declaraciones del presidente Gustavo Petro que insinuaban la presunta participación de Washington en un plan para derrocarlo, se ha calmado tras una retractación pública por parte de Bogotá. El embajador de Colombia, Daniel García-Peña, ha sido el encargado de transmitir el mensaje tras ser llamado a consultas el pasado jueves y enviado de regreso este martes a la capital estadounidense. “Quiero reiterar (…) que el Gobierno de Estados Unidos no tiene ninguna participación en un golpe de Estado ni en ningún intento de desestabilización”, declaró en una rueda de prensa.
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